Y bueno, cambiando de tema, estoy oficialmente de vacaciones dos semanas, desde ayer hasta el 12 de noviembre. Pero como el tiempo siga así, me veo encerrada en la residencia, porque con estos vientos siberianos no me atrevo yo a hacer mucho turismo.
Os cuento un poco la semana, bueno, la parte más interesante. El jueves por la mañana di las clases a los adultos (el director del cole y una profesora), y pese a que puede parecer sencillo, es bastante complicado enseñar tu propio idioma. Yo no lo he tenido que aprender, así que no sé qué cosas son más o menos sencillas, qué debe ir primero y qué después, en definitiva, estaba un pelín asustada y no sabía si estaría a la altura, pero por ahora los alumnos están contentos y el temario que les he preparado les parece muy bien, apuf! menos mal!. Por la tarde tuve las clases con los niños y por la noche fuimos a la bolera con los profesores del Lycée donde vivo. He jugado a los bolos 3 veces en mi vida, dos de ellas con las barreras para niños, sí, esas para que no se cuele la bola en los surcos laterales, así que os podéis hacer una idea de mi habilidad. Nula básicamente. Uno de los profes me dijo: "No pareces española, no ganas ni una, los de tu país lo ganan todo" ¿¿¿¿perdona???? ¿¿¿¿sacamos el Trivial???? eh? eh? eh? venga guapo, a ver si me ganas... ains, estos gabachillos... Pero en general muy bien, un buen rato para conocer a más gente.
Foto del momento (las chicas son las otras auxiliares; de izquierda a derecha Elena, de Rusia, Mari Loli, de España, jajaja, Loli, también de España, Bilge, de Alemania y Fiona, del Reino Unido)
Con Loli:
Ayer por la noche íbamos a salir al Irish Pub este que me encanta, pero la niebla y el frío nos echaron para atrás, así que nos quedamos jugando a las cartas. Ah, y gané, se lo tengo que decir al gabachillo...
El lunes tengo la primera clase en una cafetería del centro con un señor jubilado al que sólo conozco por teléfono. Va a ser gracioso, porque no tengo ni idea de cómo reconocerlo, a ver si hay suerte y es el único abuelete del sitio. Me sorprendí mucho cuando me pidió que le diera clases en una cafetería, pero se ve que aquí es bastante normal, me lo habían comentado, y además, el señor tiene una base más o menos buena de español, con lo cual las clases van a ser predominantemente orales. Me parece estupendo ir a tomar un café, hablar un ratillo en tu propio idioma y que luego, te paguen. Mola. Ya os contaré qué tal ha ido la cosa.
Y por ahora poco más, a ver si mañana amanece algo mejor y podemos ir al Monasterio de Brou, que se ve desde la ventana y todavía no hemos ido. Os cuento novedades después, si consigo que mis dedos no se congelen.
Un beso a TODOS y TODAS, qué ganas de veros!